TRANSCRIBIMOS ESTE INTERESANTA ARTÍCULO DE SOFIA FAUNDEZ HEY:
Estamos a días de comenzar con una de las conmemoraciones más antiguas de la humanidad, el día de los muertos o el día de los ancestros o tupuna para el pueblo Rapa Nui. Una celebración que tiene lugar en todo el mundo y que nos invita a recordar, agradecer, perdonar y amar.
Mientras miraba a los Moai, reflexionaba cuán felices estarán nuestros antepasados con la noticia de la protección de las aguas de Rapa Nui; hecho que permitirá resguardar a las 147 especies endémicas, asegurar la permanencia de la pesca tradicional, recuperar poblaciones de especies sometidas a la sobreexplotación pesquera y estabilizar los recursos marinos. En conclusión, velar por un océano vivo en aguas que tienen absoluta relación con la vida cultural de un pueblo y un planeta.
El pasado 05 de octubre, durante la inauguración de la conferencia internacional “Nuestro Océano 2015”, la Presidenta de la República, Michelle Bachellet, anunció la creación del área marina protegida más grande del mundo. Una declaración, sin duda, rimbombante y que carga con la magnitud de los 720.000 KM cuadrados de océano que serán resguardados.
Aunque estoy convencida que la grandeza de este anuncio no pasa sólo por la dimensión territorial a proteger, la verdadera grandeza de este proyecto tiene relación con el tiempo, un tiempo que hace referencia a la permanencia y al deseo de trabajar por el legado de un planeta vivo. Un pensamiento enraizado a los orígenes de la humanidad, cuando el hombre aún estaba al servicio de la naturaleza y la naturaleza al servicio del hombre en una relación de mutuo respeto y que lamentablemente fuimos olvidando.
Este momento marca un proceso cíclico como lo han sido muchos procesos sociales a lo largo de la historia, sin el afán de hacer una tesis historiográfica, deseo mencionar el momento en que nuestros tupuna o antepasados se preocuparon de la protección de nuestro territorio. En 1888, el momento exacto cuando Isla de Pascua es anexada al Estado de Chile, se encontraba el Rey Atamu Tekena y el Consejo de Jefes de Rapa Nui celebrando un tratado con el país, representado por Policarpo Toro; en ese instante es cuando nuestros ancestros, velando por el bien común y la continuidad de su cultura, se suman a este acuerdo de voluntades.
Hoy, después de 127 años, nace una agrupación llamada “Te mau o te vaikaba Rapa Nui” o “Mesa del Mar Rapa Nui”, integrada por una veintena de organizaciones sociales locales que de alguna u otra forma se asemeja a ese Consejo de Jefes, los cuales después de años de trabajo en relación a la pesca, artesanía, agricultura, turismo, entre otros, decidimos reunirnos y trabajar los temas de conservación marina de las aguas de la provincia, y posteriormente propiciar un acuerdo de voluntades junto al gobierno.
Durante un año trabajamos en el proyecto y felizmente fue aceptado por la Presidenta de la República en la conferencia “Our Ocean”. El anuncio presidencial, en relación a este tema, abordó cuatro puntos. El primero, es que se trabajará en una consulta a la comunidad, a través del convenio 169 OIT, para que sean todos los Rapa Nui quienes decidamos la mejor figura para la protección del océano, durante el primer semestre de 2016. Segundo, el reconocimiento y validación del trabajo de la “Mesa del Mar” como agrupación preparada para guiar este proceso. Tercero, la necesidad de resguardar y apoyar la pesca ancestral; y por último la voluntad de trabajar junto a la comunidad.
¿Cuántas veces han pensado que es inútil que los indígenas sigan luchando por conservar sus costumbres en el siglo XXI? ¿Cuántas veces han expresado que es utópico, ingenuo y de una gran falta de realidad reforzar la conexión con la naturaleza, la preservación y el legado? Hoy, gracias a una de esas utopías del pueblo Rapa Nui nace una propuesta sólida que protege el océano y entrega beneficios a Chile y al mundo.
Estamos en tiempos peligrosos, es el momento justo para detenerse a pensar y actuar en el cuidado del planeta. La invitación es que todos nos sumemos a seguir trabajando por la preservación cultural, que hoy suena romántico incluso un poco hippie, pero en un futuro, no muy próximo, vamos a necesitar con urgencia de esos soñadores para rescatar al planeta que estamos matando a una velocidad impensada y con daños que aún no hemos cuantificado.
En definitiva, el proyecto de protección del océano invita a sensibilizar al mundo entero y a entregar esperanza a las comunidades originarias. En medio del Océano Pacífico existirá en propiedad de resguardo uno de los centros de abastecimiento mundial, aislado de la sobreexplotación de barcos piratas, extracción industrializada y contaminación; un trabajo encabezado por un pueblo que nunca ha perdido la condición de protectores del mar.
Es importante que entendamos que los océanos cubren casi el 72% de la superficie de la Tierra, albergan un alto porcentaje de las especies que habitan este planeta. Generan más de la mitad del oxígeno en nuestra atmósfera, absorben enormes cantidades de dióxido de carbono, filtran gran parte de la contaminación que se genera y cumplen un rol vital en el funcionamiento del ciclo atmosférico que regula el clima del mundo, además son una fuente de alimento para la humanidad. Sin embargo y pese a la increíble variedad de beneficios con que nos proveen, actualmente sólo el 0,73% de su extensión están completamente protegidos.
Estoy feliz de participar en esta agrupación, si bien queda mucho trabajo, hemos dado pasos firmes y significativos, pero estamos conscientes que necesitamos la fuerza de la opinión pública, quien es la encargada de comprender, difundir y exigir a los gobiernos del mundo que se responsabilicen por la protección de nuestro planeta.
FUENTE: http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2015/10/30/ancestros-cumplen-uno-de-sus-suenos-proteccion-total-del-oceano/