lunes, 26 de noviembre de 2007

Legislatura 355 (3) H.Diputado Enriqeu Estay

Notable intervención del Honrable DIputado Enrique Estay, la misma sapiencia, el mismo compromiso demostrado en otras intervenciones que dejan en evidencia su celoso resguardo de nuestra soberania e Identidad Nacional, hacen que destaque por su argumentación.

Transcribimos su intervención:

DIPUTADO ENRIQUE ESTAY
El señor ESTAY.- Señor Presidente, desde ya, anticipo que votaré favorablemente, puesto que el proyecto es el marco general inicial de una curiosa reforma constitucional. Aprovecho su discusión para hacer presente una serie de consideraciones que finalmente se concretarán en las respectivas indicaciones que se propondrán a los estatutos especiales en su tramitación legislativa. Conozco muy bien el abandono de amplios espacios del territorio nacional. Ello ocurre, por ejemplo, en las comunas cordilleranas de Lonquimay, de Curacautín, de Melipeuco, donde esforzados colonos y campesinos mapuches y pehuenches viven a horas de un servicio público, lejos de la “micro”, lejos del teléfono, de Internet, del hospital, del municipio, de la intendencia y de la gobernación. Entonces, proponer un estatuto especial únicamente para dos de las muchas zonas abandonadas que hay en el país y obligar al Congreso a despacharlo con suma urgencia, corre el riesgo de ser sólo un experimento que nos da cuenta de la profundidad del centralismo, que ignora a los chilenos que viven lejos de Santiago y se despreocupa del destino de una parte fundamental del territorio nacional. La Concertación lleva 17 años en el poder y ahora descubre que en la isla de Pascua no es posible hacer cabotaje, que tampoco lo puede hacer la Fuerza Aérea y que allí falta un puerto; ahora descubre que el aeródromo de Juan Fernández no está operativo, ahora percibe que la asignación de zona es muy baja para esa isla, ahora debe reconocer que los intendentes y gobernadores de la Quinta Región han fracasado en conseguir, del mismo gobierno que los nombró, los recursos y la atención que estos territorios y sus sacrificados habitantes merecen. Han debido pasar casi dos décadas para que el Gobierno se dé por vencido, para que reconozca su fracaso y pretenda hacernos creer que con un nuevo estatuto todo cambiará para mejor.
Habrá un nuevo estatuto, pero se nos dice que el Archipiélago Juan Fernández seguirá dependiendo de la gobernación de Valparaíso, así como de la intendencia de la Quinta Región. Entonces, cabe preguntarse por qué no sirve la misma fórmula para isla de Pascua.
Habrá un estatuto, pero se nos dice que las platas disponibles, que hasta ahora han sido claramente insuficientes, serán las mismas.
Y una duda de fondo, señor Presidente, ¿por qué en el Consejo de Desarrollo Insular, propuesto para Rapa Nui, no habrá representantes de los habitantes que no pertenecen a la etnia originaria? ¿Acaso allí habrá, desde ahora, dos clases de chilenos: unos con derechos y otros sin ellos?
¿Tanto ha sido el olvido y abandono que el Gobierno ha llegado al punto de tener que sacar de la manga esta última carta mediática, la propuesta de estatutos especiales?
Ahora, me pregunto ¿qué pasará si este experimento falla, como todas las otras opciones anteriores? Todos sabemos muy bien lo que se arriesga, en especial, en el caso de Rapa Nui. ¿Vendrá primero la demanda reivindicativa por autonomía y luego la demanda por autonomía?
Esto pasa con los gobiernos de la Concertación. Los problemas crecen hasta madurar, reventar y emponzoñarse. Entonces, se nos pide que legislemos en quince días para tratar de arreglar un problema que cuatro gobiernos seguidos de la Concertación no han sido capaces de solucionar. Preferiría que el Gobierno nos presentara una solución integral al problema de los territorios y chilenos abandonados que no sólo están en Isla de Pascua y en el Archipiélago Juan Fernández, sino también en Galvarino, en Vilcún, en todo Chile.
No obstante las consideraciones anteriores, y pese a que votaré a favor de esta iniciativa, anuncio desde ya que propondré una serie de indicaciones al proyecto o a aquellos que el Ejecutivo envíe más adelante para crear los estatutos respectivos.
He dicho.

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